domingo, 19 de febrero de 2017

Odio que me mientan.

No me gusta que me mientan.

Nunca me ha gustado de hecho y es una cosa que los que tengo a mi alrededor lo saben. Y saben de sobra por qué. 

Para mi no hay nada como la confianza, el poder ser capaz de decir: pues mira, hoy no puedo porque no me apetece o porque tengo que hacer tal cosa.

Por eso confié y creí que de verdad no podía. Que estaba tremendamente ocupado. 

Pero he visto que no. Que es mentira. Casi que no me lo creo. No me quiero creer esta mentira pero la veo, la he visto.

¿Por qué mentir de esta manera cuando está claro que lo que quería era hacerme perder el dinero y lo que me había costado preparar toda la sorpresa, la excursión y todo? No es capaz de valorarlo, de todo lo que tiene en la cabeza. Por favor, despierta. Solo quiero ayudarte.

Cuando era algo para el beneficio de los dos. Tanto él como yo necesitábamos desconectar. Yo lo necesito tremendamente. Y no caen más que dolores y decepciones hacia mi. En casa, en la vida... No sé cómo enfocarlo. 

Así es como se me agradece que sea la única que le abra los ojos: la única capaz de decirle que se apartaba de sus amigos, porque sus amigos no iban a hacer nada. Si volvía bien y sino también. ¿De verdad soy tan mala? Yo quiero pensar que no, pero ya le empiezo a creer. Debe ser verdad.

Aún así, soy yo la mentirosa. Soy yo la mala del cuento. Soy yo el ogro. ¿Por qué?

No tiene ningún sentido. ¿Qué le han metido en la cabeza? ¿Qué es lo que tiene él en la cabeza? ¿Por qué me odia tanto y así de repente?

¿Por qué no puedo ayudarlo? ¿No se da cuenta que no quiero ningún mal para él?

No me deja. Si no me deja, no hay nada que yo pueda hacer. Lo he intentado todo y solo he empeorado las cosas. Porque yo soy la culpable de todo. Soy la culpable de que no sepa arreglar las cosas ni dejarse ayudar por la persona que está ahí para él en lo bueno y en lo malo.

Después de todos los momentos, de todo lo que nos hemos demostrado... todo esto es una pesadilla. Una pesadilla que se alimenta día tras día y deberíamos ponerle fin ya, hablar y solucionarlo poco a poco. No tiene ningún sentido.

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