Accidentes, golpes y demás

   ¿Qué se siente cuando pierdes algo que parecía importante para ti? ¿O que quizá lo era realmente aunque en cierta forma no puedas saberlo?¿Dolor, vacío, tristeza general...?

   Cuando experimentamos semejante sentimiento, no sabemos como describirlo. Sientes que te falta algo, que te han arrancado algo bastante importante y que parece que cojeas si no lo tienes. Ese cojeo se puede arreglar con un par de muletas hasta que el daño está curado. Nadie nos asegura que tras un accidente volvamos a ser los mismos. Que tras un esguince, nuestro pie pueda ser utilizado y forzado de la misma manera. Pero se tiene que intentar...

   Una pérdida duele. Puede doler un tiempo. O puede doler siempre. Pero puede taparse, poco a poco... como todo. Siempre estará ahí pero tenemos que intentar hacer lo imposible para superarlo. Para intentar no verlo, evitarlo... Sí, evitarlo al principio. Parece una opción inteligente pero después de un tiempo, sabes de sobra que sigue estando ahí. Porque duele, y duele mucho.

   Y dolerá... es algo que tenemos que tener claro desde el principio. Pero eso ya lo sabemos. Cuando nos arriesgamos a tener accidentes o a recibir golpes... ¿no lo sabíamos en cierta forma? Con dicha "sabiduría" de antemano es nuestra responsabilidad cuidarnos de ello si salimos mal parados. Así que en el fondo, aunque cuando tengamos un accidente no sea nuestra culpa... lo será de forma pasiva.

   Todos somos conscientes de nuestros actos y, como conscientes, debemos intentar superar la rehabilitación de la mejor manera posible.

   Así es como es perder algo. Cuando sientes ese vacío dentro de ti... es como un accidente y eres TÚ el que debe hacerse cargo de cada una de las heridas, de los golpes y las magulladuras. Por grandes que sean... eres tú el único que puede cuidar de ti mismo.