Muchas veces las compañías lo son todo y la verdadera importancia reside en cómo te sientes con ellas. Me gustaría poder afirmar que siempre me he sentido bien a mi alrededor pero mentiría. A pesar de todo, he conseguido seguir adelante. Todos tenemos nuestros problemas, nuestros pesares o dolores de cabeza diarios pero todo lo que nos rodea es lo que nos hace apreciar nuestro alrededor. Darnos cuenta de eso, es muy importante. También lo es decirlo, a todas esas personas que nos rodean, cuan importantes son para nosotros. Quizá suene algo ñoño, pero creo que es algo que todos como seres humanos apreciamos que nos digan. Que nos valoren realmente por quien somos, estar bien con lo que nos rodea porque la vida es muy corta y lo que tenemos hoy podemos no tenerlo mañana. Por eso creo que es importante decir lo que pensamos, no dejar cabos sueltos y recordar a las personas importantes para nosotros, su valor real para nuestra persona.
Soy una persona muy sentida, es decir, sentimental. Siempre lo he sido. Quizá también es uno de mis mayores defectos porque cojo cariño muy rápidamente a las personas. Me suena que ya lo he comentado alguna vez por aquí... la gente se aprovecha de eso e intentan derrumbarte aunque por delante vayan con palabras muy bonitas y cariñosas. Y eso es lo que más duele. Me duele mucho la gente que no es sincera, la gente que a pesar de la distancia de un tiempo después, no sea capaz de abrirte en un triste mensaje y decirnos que en realidad no nos merecemos nada malo. Nadie se merece nada malo. O simplemente decirnos lo que en realidad valemos, o lo que creemos que valemos para la gente. Por mucho que nosotros seamos conscientes que intentamos ayudar todo lo posible a los demás y ser buenos amigos, si no nos lo confirman al cabo de un tiempo todo puede estar perdido. O nosotros podemos estarlo.
No me malinterpretéis. Tengo muy claro que soy una buena amiga o al menos todo lo que puedo. Tengo muchas cosas malas, como todos nosotros, pero intento equilibrarlas con todas mis otras aptitudes. Es solo que a veces, me siento poco valorada y me cuesta seguir adelante. Parece que esté pidiendo que me valoren más, y sí, quizá es lo que estoy pidiendo pero no quiero sonar pretenciosa. Y es que además, me gusta dar mi amistad, porque sí, soy así. Me gusta conocer a mucha gente e intentar ser feliz con todo el mundo. Pero hay veces que no se puede, aunque lo intentemos. Hay gente que no sabe valorarlo o que quizá sí saben, pero están ciegos por otras causas. Me da pena. Mucha pena. Me dan pena las personas que prefieren esconderse y ser cobardes... ¿no saben apreciar lo bonita que es una amistad sincera? ¿Es más bonito pegar puñaladas traperas? ¿Más bonito traicionar? Quizá soy yo la que tiene una idea equivocada.
Sé que no, y lo sé de sobra. De todas maneras, yo espero pacientemente. Muy pacientemente a que algún día se decidan a volver a hablarme, a decirme que no fue culpa mía, que yo hice todo lo que pude, porque es lo que hice de verdad, con todas mis fuerzas. Es solo que a veces, si dos personas no ponen de su parte, poco se puede hacer. Yo puedo seguir adelante pero siempre voy a tener esas pequeñas espinitas. Unas espinitas que me dicen que en realidad quizá no valgo tanto como persona aunque yo hago todo lo posible para que en mi ambiente se esté bien. Que quizá no valgo tanto como amiga. O como algo más. Cualquiera que lea esto pensará que lo digo para que me comentéis y me digáis lo típico: "Sí que vales, tonta" o "Déjalos si no quieren darse cuenta". Pero ahí está mi problema. Me gustaría concienciar a la gente que no todas las personas somos malas y queremos hacer daño a posta. Que tenemos que empezar a valorar más lo que nos rodea porque nuestra sociedad se está infectando con el individualismo y la ponzoña que viene con él: la desconfianza en los demás. Todas las cosas son buenas pero los excesos son innecesarios y además, malos.
Que sí, que todos valemos. Todos cometemos errores pero lo que quiero decir con todo esto, es lo del principio: creo que se debería emplear más tiempo en decir lo que pensamos los unos de los otros. Sacar nuestros defectos pero que nuestras virtudes sean capaces de borrarlos. Que nos lo digan. Que seamos felices. Pero que nos atrevamos a hablar por mucho tiempo y cosas que pasen. Creo que es muy importante. Sobre todo, para quitar viejas espinitas... pero todo no lo movemos nosotros. Dos personas no hablan si una no quiere. Y de poco vale que nosotros queramos si vemos que a la otra persona no le importamos para nada. Es una lástima... pero tendremos que seguir adelante con esa espinita. ¿O seríamos capaces de cambiarlo?
E.
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