¿Por qué les cuesta tanto a las personas pedir perdón?
¿Es tan difícil?
¿Qué pierden con ello?
Yo he pedido perdón muchísimas veces y considero que he ganado más de lo que he perdido.
Primero de todo me he ganado a mi misma. El saber que me he deshecho de un malestar que tenía, porque yo si hago algo mal, no me gusta hacer daño a la gente y estar sin disculparme.
Y segundo... pedir perdón arregla muchas cosas. Poco a poco, con tiempo y con tiento, todo se soluciona con paciencia.
Pedir perdón es fundamental y ayuda a las personas a ser cada día, un poco mejores.
No dejemos que el orgullo venza al poder del disculparse.
El disculparse, gana muchísimas batallas.
Sobre todo aquellas que das por perdidas y sin solución.
Somos personas, todos nos equivocamos. Ese es el primer paso para darse cuenta de lo importante que es pedir perdón: a todos nos gusta que nos lo pidan si nos hacen daño. Entonces, ¿por qué no hacerlo nosotros?
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