Que me deje creer en tus palabras y en tus falsas promesas. Promesas que nunca cumplirás, palabras que no volverán. Y todo porque el orgullo, puede más para ti que otro sentimiento posible.
Que las promesas, las palabras y todo lo pendiente, no son más que eso... cosas en el aire. Cosas que jamás, jamás sucederán porque si ni tú mismo crees en ellas, ¿cómo voy a hacerlo yo?
¿Cómo creer en todo, en palabras de un antes, un durante y un después si con todo lo que se me demuestra, se destruye?
No se puede.Y menos cuando tú no estás dispuesto a pedir perdón por todo lo que has hecho.
Es una lástima que el orgullo pueda frente a alguien a quien aprecias. Es una pena que el orgullo venza a un bonito sentimiento y algo que claramente se puede solucionar de una manera muy sencilla.
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