martes, 18 de diciembre de 2012

La vida no es vida si te limitas a dejarte llevar

   Recuerdo varios momentos en los que he soñado con dejarme llevar. En los que quería dejarme llevar con todo mi corazón. Y es que está bien hacerlo pero solo hasta cierto punto. ¿Qué límite hay entre lo que yo quiero, lo que es mejor y por lo que debo luchar?
   De hecho, es una línea tan fina que cuando la traspasas un poco, puedes no darte cuenta. Y en el momento en que lo haces... puede ser decisivo para cambiarte. Así, ta cual.
   Nos hacemos por lo que vivimos y vivimos por lo que hacemos. ¿No debería ser así? Deberíamos poder encontrar el equilibrio entre lo que queremos, por lo que debemos luchar y, a la vez, que sea lo mejor posible para nosotros. ¿No sería de alguna forma, dejarnos llevar?
   Creo que me estoy dejando llevar, sí. No de la forma tan ligera que yo quisiera pero... no está tan mal. Y de momento no me arrepiento de mis decisiones. Y eso es lo que debe importar. Porque en el momento puede parecernos fatal pero... quizá todo no es tan negro como creemos. 
   Yo no quiero que mi vida sea ni blanca, ni negra... ni tan siquiera de colores. Quiero un equilibrio, uno que voy encontrando poco a poco, con cada paso que doy. Y esta frase de un libro que realmente me encantó, lo define muy bien:
Sé que la vida no es vida si te limitas a dejarte llevar por ella. Sé que el objetivo, el único objetivo, es encontrar las cosas que importan y aferrarse a ellas, luchar por ellas y negarse a soltarlas.
Un abrazo enorme,



E.
   
   

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